Las empresas están llenando sus almacenes o buscando reubicar fábricas mientras consideran las amenazas del presidente electo Donald J. Trump de imponer aranceles a productos extranjeros.
Repercusiones Inmediatas de la Elección de Trump para las Cadenas de Suministro Global
La elección de Trump ha desatado una auténtica tormenta en las empresas globales, especialmente en aquellas que dependen de bienes importados. Rick Muskat, copropietario de Deer Stags, reaccionó rápidamente, despertando a su agente en China a las tantas de la madrugada para pedirle que acelerara la producción de miles de pares de zapatos antes del Año Nuevo Chino. Esto no se debió a un repentino aumento en la demanda, sino al pánico de que los aranceles de Trump pudieran disparar sus costos. Al final, es una de esas situaciones donde “más vale prevenir que curar” y que, desde luego, muestra cómo un cambio político puede hacer temblar los cimientos de las operaciones comerciales en un abrir y cerrar de ojos.
Preocupación en el Sector de Ropa y Calzado ante Aranceles Elevados
Empresas como Steve Madden ya están tomando medidas para reducir su dependencia de China, buscando diversificar su producción hacia países como Vietnam y México. Oliver Zipse, CEO de BMW, intentó restarle importancia al asunto, diciendo que estos aranceles podrían ser solo “una cuestión de palabreo.” Sin embargo, esto parece ser más que meras palabras; los aranceles no son algo que las empresas puedan asumir sin que se refleje en el precio al consumidor. Al final, “por mucho que se le quiera poner buena cara,” el traslado de la producción es un proceso complejo, que no se puede hacer de la noche a la mañana, especialmente en industrias donde cada euro cuenta.
Desafíos y Costos para la Industria Electrónica y de Bienes de Consumo
En cuanto a la industria electrónica, trasladar la producción fuera de China resulta un “marrón” bastante costoso. Para bienes de consumo, las empresas enfrentarán mayores costes en inventarios, y posiblemente, los precios suban para los consumidores. Este vaivén puede ser difícil de gestionar para muchas empresas, donde el equilibrio entre minimizar costes y mantener la calidad es clave. Lo que queda claro es que estos aranceles pueden cambiar las reglas del juego en el comercio mundial, afectando hasta el bolsillo del consumidor de a pie.
Un Panorama Mixto: Ventajas para Fabricantes Locales y Desventajas para Empresas Dependientes de Importaciones
En la industria solar de EE.UU., los aranceles han sido recibidos con cierto optimismo. Empresas de manufactura de paneles solares verán una reducción en la competencia de productos importados, ganando así ventaja en el mercado local. Sin embargo, para otros sectores que no pueden adaptarse tan fácilmente, los aranceles representarían un “calvario” enorme. Aunque la idea de impulsar la manufactura local es atractiva, como bien dice Jay Foreman, CEO de Basic Fun, “no se puede empezar a fabricar muñecos aquí como quien dice en un plis-plas.” Esto no es tan sencillo ni factible.
Las Limitaciones de la Relocalización de Producción: Costos y Escasez de Capacidad en Vietnam y México
Para muchas empresas, la salida de China no es tan fácil ni rápida como pudiera parecer. La capacidad de producción en países como Vietnam y México es limitada. Mover la producción implica costos elevados y un auténtico “follón” en términos de logística y maquinaria. Además, no todos los países están preparados para asumir tal demanda. Foreman resume bien la situación comparando este proceso con “una cascada de problemas.” Esto demuestra las limitaciones de intentar una “relocalización exprés” y plantea serias dudas sobre la estabilidad y sostenibilidad a largo plazo en la cadena de suministro global.
La Posible Inestabilidad del Escenario Comercial y la Incertidumbre en el Largo Plazo
El sector juguetero, por ejemplo, se enfrenta a una incertidumbre constante bajo la figura de Trump. Aunque se evitó una crisis arancelaria en 2019, la historia podría repetirse en cualquier momento. Empresas como Basic Fun, que acaba de presentar su nueva línea de juguetes, saben que cualquier arancel importante podría impactar negativamente sus ingresos. La dependencia de China no se supera de la noche a la mañana, y el cambio de postura de Trump, dependiendo del momento y la política, hace que las empresas vivan bajo una amenaza constante. “Es como ir con el agua al cuello, esperando a ver cuándo llega la próxima ola,” resumió un empresario del sector.
Reflexión Final
Este escenario deja clara la complejidad de depender de un solo país para la producción y los altos riesgos que conlleva cuando hay cambios políticos de este calibre. Diversificar parece ser el camino lógico, pero no es viable para todas las empresas. A largo plazo, si estos aranceles siguen adelante, es más que probable que los precios suban y que el coste acabe en los hogares de los estadounidenses de a pie. “La que se nos viene encima” es lo que muchos empresarios están pensando, conscientes de que los aranceles pueden tener un impacto profundo en los precios y, en última instancia, en la economía del consumidor promedio.
Fuente: nytimes.com